De pronto Teresa se sobresalta, y con el sorbo de café que estaba tomando se atraganta y empieza a toser aparatosamente. Es como si de pronto todo le llegara de nuevo a la memoria. Ese libro, 15 años atrás, la manera como poco a poco fue perdiéndose en la biblioteca, hasta llegar al último rincón del que pensó que ya nunca volverÃa a salir hasta hoy. Teresa levanta los brazos buscando respirar mejor y la tos empieza a ceder, pero ya no por el atoro, sino por la vida, por el golpazo que le acaba de dar la vida, Teresa siente que no puede respirar
ISMAEL: Mejor?
Teresa asiente y va a la cocina ahogándose. Regresa con un vaso de agua y ya respirando mejor.
ISMAEL: Qué le pasó?
TERESA: Se me fue por el camino viejo
Silencio. Ismael vuelve al crucigrama. Teresa mira fijamente el libro. Se sienta y se pone de pie, difÃcilmente puede quedarse quieta
TERESA: Llamó alguien?
ISMAEL: Sonó el teléfono, pero no contesté
TERESA: Seguro su mamá
ISMAEL: Me imagino
TERESA: Quiere hablar con usted
ISMAEL: Quiere hablar con alguien. Destino
TERESA: Cómo?
ISMAEL: Destino. Sucesión inevitable de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar. Doce horizontal. Destino, no?
TERESA: Ah, el crucigrama. No se. SÃ, destino. O suerte
ISMAEL: No, la suerte no es una sucesión de acontecimientos, es más como un acontecimiento único que cambia todo de un sopetón. Como la loterÃa. Es cuestión de suerte, no de destino. Además suerte tiene seis y destino siete. Es destino (Y escribe). (Por los movimientos de Teresa) ¿A usted qué le pasa? Quédese quieta que no me deja concentrar
TERESA: (Finalmente se sienta) PodrÃa ser también cuestión de destino. Uno puede estar destinado a ganarse la loterÃa
ISMAEL: (Quien está concentrado en el crucigrama) ¿Qué?
TERESA: Los griegos decÃan que la tragedia no se podÃa evitar, era cuestión de Destino. No de suerte. Como Edipo, no? Dejó su familia y su tierra para evitar su destino, pero el destino igual lo persiguió y lo alcanzó. O la loterÃa. Uno también puede estar destinado a ganarse la loterÃa. Por qué pensar que uno está destinado a ganarse algo malo?
ISMAEL: Usted de qué está hablando Teresa? Destino, suerte, es un pendejo crucigrama
TERESA: ¿Usted cree en el destino[CM1] ?
ISMAEL: No. Pero sà creo en la suerte. Por eso todos los fines de semana lleno este maldito crucigrama. A ver si por fin me gano algo en los sorteos. (Pausa) Más tarde la llamo
TERESA: Qué?
ISMAEL: Que más tarde la llamo, a mi mamá. Asà sea para que hable un rato con alguien
TERESA: A ese sitio no se puede llamar sino hasta las seis
ISMAEL: Yo sé, y ¿qué hora es?
Teresa mira el reloj. Se pone de pie y sale a la cocina