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Fragment of the work "El Crucigramista" written by Adriana Romero H

Actualizado: 15 sept 2021

De pronto Teresa se sobresalta, y con el sorbo de café que estaba tomando se atraganta y empieza a toser aparatosamente. Es como si de pronto todo le llegara de nuevo a la memoria. Ese libro, 15 años atrás, la manera como poco a poco fue perdiéndose en la biblioteca, hasta llegar al último rincón del que pensó que ya nunca volvería a salir hasta hoy. Teresa levanta los brazos buscando respirar mejor y la tos empieza a ceder, pero ya no por el atoro, sino por la vida, por el golpazo que le acaba de dar la vida, Teresa siente que no puede respirar


ISMAEL: Mejor?


Teresa asiente y va a la cocina ahogándose. Regresa con un vaso de agua y ya respirando mejor.


ISMAEL: Qué le pasó?


TERESA: Se me fue por el camino viejo


Silencio. Ismael vuelve al crucigrama. Teresa mira fijamente el libro. Se sienta y se pone de pie, difícilmente puede quedarse quieta


TERESA: Llamó alguien?


ISMAEL: Sonó el teléfono, pero no contesté


TERESA: Seguro su mamá


ISMAEL: Me imagino


TERESA: Quiere hablar con usted


ISMAEL: Quiere hablar con alguien. Destino


TERESA: Cómo?


ISMAEL: Destino. Sucesión inevitable de acontecimientos de la que ninguna persona puede escapar. Doce horizontal. Destino, no?


TERESA: Ah, el crucigrama. No se. Sí, destino. O suerte


ISMAEL: No, la suerte no es una sucesión de acontecimientos, es más como un acontecimiento único que cambia todo de un sopetón. Como la lotería. Es cuestión de suerte, no de destino. Además suerte tiene seis y destino siete. Es destino (Y escribe). (Por los movimientos de Teresa) ¿A usted qué le pasa? Quédese quieta que no me deja concentrar


TERESA: (Finalmente se sienta) Podría ser también cuestión de destino. Uno puede estar destinado a ganarse la lotería


ISMAEL: (Quien está concentrado en el crucigrama) ¿Qué?


TERESA: Los griegos decían que la tragedia no se podía evitar, era cuestión de Destino. No de suerte. Como Edipo, no? Dejó su familia y su tierra para evitar su destino, pero el destino igual lo persiguió y lo alcanzó. O la lotería. Uno también puede estar destinado a ganarse la lotería. Por qué pensar que uno está destinado a ganarse algo malo?


ISMAEL: Usted de qué está hablando Teresa? Destino, suerte, es un pendejo crucigrama


TERESA: ¿Usted cree en el destino[CM1] ?


ISMAEL: No. Pero sí creo en la suerte. Por eso todos los fines de semana lleno este maldito crucigrama. A ver si por fin me gano algo en los sorteos. (Pausa) Más tarde la llamo


TERESA: Qué?


ISMAEL: Que más tarde la llamo, a mi mamá. Así sea para que hable un rato con alguien


TERESA: A ese sitio no se puede llamar sino hasta las seis


ISMAEL: Yo sé, y ¿qué hora es?


Teresa mira el reloj. Se pone de pie y sale a la cocina



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